La famosa leyenda del Oso que mató a Favila


Empezamos hablando del famoso suceso que da origen a la leyenda y aparecen las primeras referencias, palabras textuales: “una leyenda tan cierta como la ayuda de la Virgen a Pelayo en Covadonga contra los musulmanes, asevera seriamente el oso”. Roberto Pato se tomó la molestia de reunirse con Amador del Monte, oso que desciende de una familia de plantígrados emigrados en 1934 desde las altas montañas de Lena al Cáucaso, por motivo de persecución política. Nos lo contó en la XIV edición de la Fiesta que cada año celebra en Llueves el Ateneo Republicano de Asturias, en memoria del noble plantígrado que se enfrentó con éxito al Rey.
La leyenda de la muerte de Favila fue señalada en piedra por un Montpensier en la aldea de Llueves, sobre Cangas de Onís, y allí iba Nicolás Estébanez y Murphy, un poco antes de ser general y ministro de la Primera República, junto a otros compañeros de armas y de ideología liberal, para descubrirse en honra del valiente animal. Cuando a la plebeya Ortiz Rocasolano (Letizia) le dio por desposarse con un Borbón (Felipe) que entonces estaba empleado como príncipe en Madrid, quiso el Ateneo compensar a Asturias de tal afrenta, y recuperó la celebración de honores al Oso.
Hubo este año menos participantes que el anterior, porque los militantes del PSOE se quedaron en casa, a reflexionar por las primarias; las mujeres cubrían una marcha feminista entre Bimenes y Nava; las carteras hacían lo propio entre Lugones y Oviedo para que no cierren Correos (acompañadas de algunos carteros);  las gentes de Podemos iban camino de la Plaza del Sol para mostrar músculo político. Ante tanto evento, no disponía la Charanga Ventolín del número de músicos necesario para presentar la calidad habitual ante este exigente público. Y por último la Santa Madre Iglesia estaba muy entregada celebrando a Talaleo de Egea, santo muy milagroso en la cosa de la salud; tan ocupada que no tuvo a bien dejarnos las llaves de la capilla donde habitualmente tomamos la luz.
Aún con problemas de sonido, por causas teológicas, el centenar de personas reunidas escuchó la lectura de la solicitud entregada a ese Delegado del gobierno tan lenguaraz, para que se diera por enterado de que un año más se celebraba “una reunión pacífica y sin armas, de más de veinte personas”. Con el permiso de la autoridad competente y permitiéndolo el tiempo con un magnífico día de sol, llegó el Oso desde su refugio de invierno y fue glosado por Roberto Pato y Coto, periodista, con el resumen de la entrevista a Amador del Monte que próximamente será publicada en estas mismas páginas.


Vino después la hora de los poetas. Albino Suárez, escritor hecho a sí mismo; minero de Tiraña, discípulo y reivindicador incombustible de Camín, nos acompaña siempre que puede y nos surte siempre de poemas inéditos:
¡Oso de Llueves, famoso
en defender tu guarida, / por el rico perseguida
y, por el monarca ocioso, / acosada de por vida…!
Bien has hecho, al defenderte, /que originaras la muerte
al llamado rey Favila; / rey que cobra y que maquila
sin moler, y por su suerte
y la tuya, no espabila…

De modo que, por tu acción,
te llamaron regicida/ que fue defender tu vida
y defender tu rincón…/ Y, -las cosas como son-,
ésa fue y no otra cosa / lo ocurrido: quien te acosa
por ociosidad   y vicio / que pague tanto estropicio
y su manera capciosa
de no tener otro oficio…

Por tanto, Oso, por tanto
es, que retornes, urgente. / Y que tu zarpa valiente
rompa de España el quebranto, / que el pueblo sufre paciente…
¡Sea así, Oso, paisano, /compañero, amigo, hermano!,
y que tu zarpa en la entraña / repercuta en la montaña
y se prodigue en el llano, / con grito republicano
sobre las tierras de España ¡

Retorna, pues, Oso amigo
y vuelve de nuevo entero / contra tanto desafuero
y contra tanto enemigo, que, si a unos pisa el trigo,
a otros, pisa el hogar. / Y a ti te quiere cazar,
hoy como ayer, que ha venido / otro rey, sino bandido, 
que sí te quiere humillar…
Que eso, Oso, tal ha sido
  desde tiempo secular…


Ramiro Pinto, es leonés, pero en esta ocasión se ha esforzado para repetir entre nosotros; un viaje relámpago ida y vuelta desde Madrid, acompañado de su hija Elsa, que algún día nos preparará una escenografía para el caso. Dijo Ramiro:

Las coronas acabarán siendo chatarra
porque para un oso es un estorbo
y una amenaza de fatuas bravatas
como lo es para el pueblo
el protocolo televisado
de quien dice ser un rey.
.
Tanta infamia noticiera
que nos quieren hacer creer
constitucionalmente de sus transiciones
traiciones, ficciones, guiones.
pero estamos en Llueves
y pedimos que llueva
¡ojalá que llueva!
libertad, libertad.
.

Andrés Huerta, artesano, polifacético, hombre leído, nos trae la poesía de E. J. Parainás:

Ésa que le robó tres colores al Arco Iris,
ésa que hunde a la monarquía con sus honores,
esa amante del pueblo que todo lo puede,
ésa que grita libertad e igualdad por cada ciudad que recorre,
ésa que nos dio una herencia de esperanzas,
ésa que se alegra cada vez que alguien la llama,
ésa que desnuda a la Iglesia con crudeza,
ésa que no tiene príncipes ni princesas,
esa niña bonita que le guiña un ojo a la democracia,
ésa que cuentan con orgullo los ancianos del lugar,
ésa que fue derrotada por injusticias del ayer,
ésa que todos ansían que se proclame por tercera vez.
¡Viva la República!

Sale luego el Oso en procesión hacia la cueva; allí el Ciudadano Alejandro Villa Allande, presidente del Ateneo, se lamentó de que el coordinador de los actos le diera tan poco tiempo para su parlamento; si bien su capacidad de síntesis le permitió dirigir un sentido discurso a la atenta audiencia. Aún sin medios de megafonía, -por razones teológicas, como queda dicho-, interpretó, en acústico, Rafa Lorenzo, el más fiel republicano de los cantautores vaqueiros, el himno al Oso que compuso Alfonso Camín, musicado por nuestro socio.
Compartimos una interesante fabada con amigables conversadores de Francia, Perú, Galicia, Madrid, León, Llaviana y la Barriada de Lada. Una vez arreglado el mundo y dejado tambaleando el gobierno, se cruzaron apuestas sobre resultados de primarias y de fútbol, pasamos a la segunda parte de la Fiesta: Se presentó la imagen de la XV edición, obra de la artista María Cifuentes, que fue glosada por Queti Ortega; una magnífica pintura, que ha sabido captar el espíritu de la celebración y cuya donación le agradecemos. El original, calurosamente aplaudido, se sorteó entre los presentes.





Pasamos después a homenajear a Eliseo Quiñones, que se ha convertido en nuestro gaitero oficial. Siempre desinteresadamente, colabora con alegría en todas nuestras celebraciones. (Sobre todo ahora, que ya sabe tocar el Himno de Riego). El joven Daniel Valdés, que le acompaña al tambor, tendrá que golpear el parche unas cuantas horas antes de que le corresponda un tributo parecido.



Rafa Lorenzo nos regaló la interpretación de los temas que no había podido hacer a la mañana; nos obsequió con la primicia de una nueva composición. Para el discurso de cierre, el Ciudadano presidente prefirió dejar una parte del tiempo de su intervención a José Luis Iglesias, cabeza visible de Asturias Laica, para que explicara el proyecto de presentación de una moción en la Junta General del Principado, exigiendo que se tome en consideración la fecha del 25 de mayo, en la que la población astur de 1808 se proclamó soberana para declarar la guerra al francés y, obviando al rey felón, establecer alianzas con Inglaterra para la defensa de la Libertad. Esa debe ser nuestra auténtica Fiesta nacional, y no la celebración actual de misa en Covadonga. Alejandro Villa, a capella, y el dúo Quiñones&Valdés a gaita y tambor, nos acompañaron en la despedida con el Himno de Riego.


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